miércoles, 25 de agosto de 2010
Papel Prensa. s.a.r.a.s.a.
Papel Prensa (en realidad los grupos económicos que se han apropiado de éste) nos viene prensando las ideas desde hace mas de 30 años, desde el lugar de formación de opinión ha forjado las mentalidad de grandes porciones de la clase media argentina digitando y formateando día a día la informacion.
Ayer la Presiedenta dejó al desnudo esto aprovechando la propia confesión de los accionistas mayoritarios en sus patéticas editoriales..."el que controla papel prensa controla la infromación...a confesión de partes, relevo de pruebas"...Brillante.
Otra cosa importante que se debe destacar es el hecho de que ahora nadie se puede hacer el tonto. Los hechos de la apropiación de Papel Prensa, bajo el marco de la mas estricta legalidad...del "proceso" y con todas las garantias del caso (garantías de secuestro, desaparición, tortura y muerte, claro)nos hace reflexionar acerca del pecado original de los dos mas grandes e influyentes diarios argentinos.
¿Qué veracidad se le puede dar a la información de un medio que planteaba los asesinatos de esa época como "enfrentamientos"? ¿Cómo creerle a un medio que fué el brazo ideológico e informativo del regimen genocida? ¿y cómo creerle ahora cuando hablan de legalidad, seguridad jurídica, respeto a las instituciones y a la propiedad privada cuando le robaron todas las acciones de Papel Prensa a Lidia Papaleo de Graiver bajo amenaza de muerte de ella y de su hija en el marco de la represión ilegal?
Párrafo aparte merecen los escribas y periodistas serviles del medio monopólico y sus adláteres.
Cuando veía a Julio Blank y Van der Koy mofarse de la denuncia de Lidia Papaleo, diciendo que el gobierno fabricó una versión oficial, que "se inventaron un relato"...me sonó como cuando algunos se mofan de la existencia del holocausto judío bajo el nazismo. ¿los que hacen esto, no caen en apología del delito? ¿acaso no se estan riendo de los desaparecidos, de los torturados, de los violados, robados, asesinados,y de los que tiraron al mar durante la última dictadura militar?
¿se puede ser tan miserable con tal de defender los intereses corporativos de una empresa privada?
La realidad mediática del día después de la denuncia demuestra que si.
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